La tercera etapa del viaje es la reserva biológica de Monteverde,
llamado bosque lluvioso.
llamado bosque lluvioso.
De camino, un grupo de monos aulladores cruzan
la carretera por los cables del tendido eléctrico.
la carretera por los cables del tendido eléctrico.
Las hembras cargan las crías y todos se esperan,
agrupándose en los postes.
agrupándose en los postes.
Se saben seguros allí arriba y no muestran ningún temor ante
el grupo de turistas, totalmente alterados por el encuentro.
el grupo de turistas, totalmente alterados por el encuentro.
Paramos para ver los cafetales cargado de frutos.
En Monteverde la selva es impenetrable.
Hacemos una ruta que une los senderos con puentes colgantes,
caminamos por el techo del bosque a muchos metros de altura.
La niebla y la lluvia crean un paisaje de misterio, quieto y antiguo.
caminamos por el techo del bosque a muchos metros de altura.
La niebla y la lluvia crean un paisaje de misterio, quieto y antiguo.
Helechos gigantes y hojas prehistóricas.
La lluvia no da respiro.
En este punto, un mirador para ver los dos océanos,
una puerta abierta al viento.
En la entrada del parque alimentan a los colibries,
se posan unos segundos y es posible capturarlos.
se posan unos segundos y es posible capturarlos.
Jardín de orquídeas, de todos los tamaños y formas.
Por las calles de Santa Elena.
Puesta de sol desde el hotel.
Llegamos y nos vamos lloviendo, camino del oeste, al P.N. Manuel Antonio, en la costa del Pacífico.