Tejera Negra (junio 2013)

Salida de fin de semana con la U.P.  al Parque Natural de Tejera Negra (Guadalajara),
 el hayedo más al sur de España  que nos queda, y por poco, pues con las sequias contínuas y el subir de las temperaturas, las hayas no se encuentran muy a gusto.
Nos alojamos en el campamento de Condemios de Arriba rodeados de pino albar (pinus sylvestris)                           
 Comenzamos a andar temprano, el dia fresco y soleado,
perfecto para disfrutar de "la caminata".
Al fondo, entre las nubes, el bosque de hayas. Quedan unos cuantos km....
 Seguimos el camino paralelo al rio Lillas, que baja desde el hayedo.
El puente, como todas las construcciones que se pueden ver,
es de lajas de pizarra, algunas enormes!
 El camino sube poco a poco. En ésta zona predomina el roble melojo (quercus pyrenaica) que empieza a tener las hojas nuevas sin perder del todo las viejas.
El brezo blanco (erica arborea), las jaras y la galluba tapizan el suelo.  
        
 Las nuevas hojas aterciopeladas del melojo contrastan
con la aspereza de las viejas que aún conserva. 
 Morrionera (viburnum lantana)
 y con la flor bastante parecida el serbal de cazadores (sorbus aucuparia)
Dejamos muy abajo el rio Lillas. Llegamos al collado del Hornillo 
desde donde se ve casi todo el valle, con el parque al fondo.
Cambiamos de valle y subimos el curso del arroyo de la Hoz,
enfrente, las hayas se deslizan por los barrancos más húmedos.


Tronco de haya joven.

 Llueve, graniza y sale el sol, es la fiesta del agua.


El brezo rojo (erica aragonensis) se alterna con el blanco y cubre las laderas.
Es un espectáculo gratuito!
 Seguimos ascendiendo por el camino y por fín nos metemos en el hayedo!
 Algunos buenos ejemplares de haya (fagus sylvatica)...
pero lo mejor quedó al final del camino...otro día será!
           De vuelta.
Brezos y retamas escalan las laderas.
Restos de un puente sobre el rio de la Hoz,
que en algunos mapas le llaman Sorbe.
Nos entretenemos en las praderas del rio viendo setas.
Cuesco de lobo...gigante!

Volvemos a cruzar el Lillas, un poco más adelante se juntan los dos rios.
Después de más de 32 km  es obligada la sesión de estiramientos!

El domingo nos acercamos a Valverde de los Arroyos,
típico pueblo negro de piedra y pizarra.
 

Es el día de su fiesta grande, La Octava del Corpus, declarada de interés turístico.
Es temprano y pillamos a los danzantes ensayando en la puerta de la Iglesia.
Les dejamos bailando y nos vamos por un precioso sendero
 en busca de las cascadas de Despeñalagua o de "Las Chorreras"
Flores de altramuz silvestre.
El brezo blanco en plena floración blanquea la senda como nieve reciente.
Al fondo, las cascadas, de unos 120m.
De camino se abren praderas de cantueso (lavándula pedunculata).


Llueve durante la ruta, pero apenas són 2km y el agua hace que brille el día!
De vuelta, en la vieja acequia, una planta con hábitos carnívoros,
la drosera (drosera rotundifolia) que retiene entre sus hojas pegajosas a
los pequeños insectos incautos que se le acercan
para merendarselos tranquilamente.

De vuelta al pueblo, "La Botarga" espera que termine la misa
para dirigir el baile con este vistoso traje.
Solamente un niño viste el traje  de los danzantes
además de los 8 hombres que realizan los bailes.
Es el centro de atención a la puerta de la iglesia!
En la plaza se prepara un altar con las mejores piezas del ajuar.
Terminada la misa, la procesión, con las fuerzas vivas del pueblo
y un enorme estandarte de dulces rosquillas,
se detiene un momento en el altar para realizar unas bendiciones.
Todos los parroquianos endomingados, La Botarga...
y algunos "infiltraos" atentos al acto y sin perder comba!
¡No siempre atinamos con las fiestas locales!
Llama la atención el colorido y laborioso atuendo de los danzantes.
Y como manda la tradición, nos vamos todos al campo de futbol,
a ver los bailes...y rogando que no llueva!
Se hace el silencio mientras bailan al son repetitivo de la flauta y el tamboríl.
Supongo que con más prisa que otras veces,
por la  lluvia, la procesión vuelve a la plaza.
Allí se subastarán las rosquillas dulces....
pero no lo vimos ni probamos ninguna.
¡Nos queda mucho camino de vuelta!




Disfrutamos de las rutas, la fiesta y sus bailes,
la cerveza en compañía y pusimos el listón muy alto al despedir el curso.